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Hitos más importantes en la historia de la catedral de León

Nos acercamos a la historia de la catedral de León, la pulchra leonina, a través de los hitos más relevantes sucedidos a través del tiempo.

Y es que si pensamos en un monumento representativo de la ciudad de Léón, aunque hay muchos, lo cierto es que la catedral es sin duda el más importante.

El nombre completo de la catedra es, en realidad, catedral de Santa María de Regla de León, consagrada bajo la advocación de la Virgen María.

La catedral de León destaca, por encima de todo, por la «desmaterialización» del arte gótico, esto es, la reducción de los muros a su mínima expresión que son sustituidos por coloridas vidrieras.

Porque sí, las vidrieras de la catedral de León constituyen, junto a las de Chartres (cerca de París en Francia), la colección de vidrieras medievales más importante del mundo.

No es de extrañar que nuestra pulchra leonina, fuera el primer Monumento Nacional declarado en España, mediante la Real Orden de 28 de agosto del año 1844.

Para que la conozcáis un poco más, nos acercamos a la historia de la catedral de León a través de los principales hitos acontecidos durante los siglos pasados.

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Catedral de León

Siglo I – Las termas romanas

Mucho antes de la construcción de la catedral y asociado al origen de la ciudad de León, en los mismos terrenos donde ahora se ubica, había unas termas romanas.

La Legio VII Gemina fue quien las construyó y tenían un tamaño superior (en extensión) al del actual edificio.

Fue en el siglo XIX cuando en el proceso de restauración del edificio se descubrieron sus restos bajo la catedral.

De estas termas quedan algunos mosaicos, tégulas y cerámicas, que se exponene en el museo catedralicio diocesano.

Siglo X – La primitiva catedral

Pasaron los siglos y las termas romanas quedaron enterradas bajo la construcción de un palacio real, hablamos de la época ya de reconquista cristiana de la Península.

Sería en el año 916 cuando el rey leonés Ordoño II cede el palacio para la construcción de una catedral, como señar de agradecimiento a Dios por la vitoria frente a los árabes en la batalla de San Esteban de Gormaz.

Esta primitiva catedral tenia una estructura parecida a la otros templos existentes durante la mozarabía leonesa y estaba custodiada y regida por monjes de la orden de San Benito.

El propio rey Ordoño II sería enterrado en esta catedral tras su fallecimiento en el año 924.

Ya a finales de este siglo, el templo sufre daños tras el paso de las tropas de Almanzor por la ciudad, pero son reparados con inmediatez y en el año 999 es coronado en ella el rey Alfonso V.

Siglos XI y XII – La catedral románica

Seguimos con la historia de la catedral de León y entramos ya en el siglo XI, ocupando la sede episcopal Pelayo II y donde juega un papel clave la infanta Urraca de Zamora, hija primogénita del rey Fernando I.

Y es que gracias al impulso de la infanta, se inicia la construcción de esta segunda catedral, que tendría un estilo románico, acorde a la época.

Esta construcción era de ladrillo y mampostería, con tres naves rematadas en ábsides semicirculares y dedicado el central a Santa María.

Fue consagrada el 10 de noviembre del año 1073, reinando ya en León Alfonso VI y así se mantuvo hasta finales del siglo siguiente, cuando accede al trono Alfonso IX, el último rey de León.

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Alfonso IX

Siglos XIII al XV – La catedral gótica

Como decíamos, nos situamos ya a finales del siglo XII en el reinado de Alfonso IX, quien plantea la construcción de una nueva catedral, aunque pasarían unos años hasta el inicio de las obras.

De hecho la construcción de la tercera catedral no se iniciaría hasta el año 1205, aunque las obras pronto quedaron suspendidas por problemas con los cimientos.

Las obras se reiniciaron en el año 1255, bajo el pontificado del obispo Martín Fernández y ya unificados los reinos de León y Castilla, con el rey Alfonso X de Castilla, que promulga la construcción de una catedral de estilo enteramente gótico.

El primer arquitecto de esta catedral pudo ser el maestro Enrique, natural de Francia y que ya había trabajado previamente en la catedral de Burgos.

Fallecido el arquitecto francés en el año 1277, fue sustituido por el español Juan Pérez, que continuará dirigiendo las obras en los años siguientes.

En el año 1302 se concluye la estructura fundamental de la catedral, a la que ya pueden acceder los fieles, siendo obispo Gonzalo Osorio.

En este mismo siglo XIV se finalizan el claustro y la torre norte de la catedral, pero la torre sur no se finalizó hasta la segunda mitad del siglo XV.

Siglos XV al XIX – Problemas constructivos y reformas

Los 3 siglos siguientes en la historia de la catedral de León, se caracterizaron por problemas constructivos de diferente índole y las necesarias reformas.

Es en el siglo XV, por ejemplo, cuando se construyen torrecillas huecas por en la zona sur (la «silla de la reina») y en la zona norte («la limona») para mejorar los empujes de los arbotantes hacia la cabecera, en una estructura que se mostraba frágil.

Entrados ya en el siglo XVI, Juan de Badajoz el Mozo construye el remate del hastial occidental en estilo plateresco, así como la sacristía plateresca en el lado sur-este y hubo de rehacer las bóvedas del claustro.

En el siglo XVII los problemas crecen, con el derrumbamiento de parte de la bóveda central del crucero en el año 1631 o el desplazamiento de las cargas radiales hacia el hastial sur por su excesivo peso y ante la debilidad de los arcos torales y al fallar también los cimientos.

Esto hizo que el quebrado hastial sur tuviera que ser reedificado por Conde Martínez en el año 1694, sustituyendo el hastial gótico por una espadaña barroca.

En el siglo XVIII Joaquín de Churriguera y otros grandes arquitectos, como Giacomo de Pavía, intentaron hacer valer sus conocimientos pero los problemas siguieron agravándose, especialmente cuando el terremoto de Lisboa del año 1755 afectó a los maineles, a las vidrieras y abrió grandes grietas en la fachada sur.

Entrados ya en el siglo XIX, en el año 1830 se suceden los desprendimientos de piedras en el hastial sur, lo que fue subsanado en parte por Fernando Sánchez Pertejo al reforzar los contrafuertes de toda la fachada.

Siglo XIX – La gran restauración

Sería el año 1844 un año clave en la historia de la catedral de León, ya que fue declarada Monumento Nacional y coincidiendo con este hecho y dado el mal estado del edificio, el Estado asumió su restauración.

En el año 1849 el jesuita P. Ibáñez se encargó del diseño y colocación de un nuevo rosetón para el hastial sur.

En el año 1859 cuando ya llevaban 2 años produciéndose la caída de piedras del crucero y la nave central, el gobierno encargó las obras de restauración a Matías Laviña, con poco éxito en sus acciones y sin lograr reestablecer la estabilidad de su edificio a su muerte en el año 1868.

Sería entonces cuando Juan de Madrazo, considerado el mejor restaurador de España y gran conocedor del arte gótico francés, empezó a trabajar en la restauración del edificio.

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Juan de Madrazo

Proyectó un sistema de encimbrado de las bóvedas altas, modificó notablemente la disposición de las bóvedas y rehízo desde la arcada la fachada sur, incluyendo el perdido rosetón.

En realidad, su planteamiento fue el que nos muestra en esencia la catedral tal y como la conocemos hoy en día.

A Juan de Madrazo le sucedió en el cargo Demetrio de los Ríos en el año 1880, que entre sus acciones más destacadas, desmontó el hastial occidental plateresco sustituyéndolo por un diseño neogótico, terminó de reconstruir las bóvedas del crucero y de la nave central e introdujo algunos nuevos diseños, perfiles y motivos ornamentales neogóticos en diversas partes de la catedral.

En el año 1895 comenzaron los trabajos para recomponer las vidrieras, que llevaban varios años desmontadas y almacenadas y gravemente deterioradas.

En el año 1901, concluida la restauración, la catedral fue reabierta al culto.

Siglos XX y XXI – Restauraciones finales

En el año 1930, Juan Crisóstomo Torbado terminó la verja exterior cerrando todo el atrio y posteriormente acometió la restauración del claustro.

En el año 1963 el arquitecto Luis Menéndez Pidal rehízo la rosa calada del remate triangular del hastial sur, para asemejarla a la del norte.

El 27 de mayo del año 1966, tuvo lugar el conocido incendio provocado por la caída de un rayo, que arrasó toda la techumbre de las naves altas, pero que por suerte se pudo reparar con celeridad gracias a Andrés Seoane.

En las últimas décadas del siglo XX se trabajó en el refuerzo de las estructuras y en el tratamiento y limpieza de la piedra.

Y finalmente, en el año 2005 se inició el ambicioso proyecto de restauración y consolidación de las vidrieras, lo que supone la recuperación de los 1.800 metros cuadrados de vidrieras repartidas así: 737 piezas, tres rosetones de ocho metros de diámetro, 31 ventanales de doce metros de altura y 48 espacios de diverso tamaño.

Se prevé que para el año 2025 se concluyan estos trabajos para dar por fin el mayor esplendor a la pulchra leonina.

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