Estamos en plenas fiestas de San Froilán, sin duda las más tradicionales y queridas por los leoneses y por eso hoy nos queremos acercar a la figura de este santo, patrono de León.
Y es que cada año, desde finales de septiembre y hasta el 5 de octubre, que es el día de San Froilán, las calles de León se llenan de tradición, cultura y folklore.
Pero como seguro que muchas personas aún disfrutando de las fiestas desconocen la figura de San Froilán, hoy en nuestro blog, os hablamos del en su día obispo y hoy patrono de León.
Repasando la vida de San Froilán
San Froilán, cuyo legado fue documentado por un contemporáneo llamado Juan Diácono, nació en Lugo en el año 833, razón por la cual, aparte de ser patrón de León, lo es también de la capital lucense.
Desde joven, Froilán mostró inclinación hacia la vida religiosa. A los 18 años, se retiró a vivir como ermitaño en lugares como Ruitelán, en El Bierzo, y las montañas leonesas del Curueño, donde combinaba oración y evangelización.
Encuentro con Atilano y fundación de monasterios
Durante su vida ermitaña, Froilán conoció al sacerdote Atilano. Juntos, decidieron reformar la vida eremítica y transformarla en vida monástica.
Fundaron el Monasterio de Valdecésar, y más tarde, con el apoyo de Alfonso III, Froilán fue llamado a la Corte de Oviedo para fortalecer otros monasterios.
Estos centros tuvieron una gran influencia en la región, contribuyendo no solo al ámbito espiritual, sino también al económico y social.
En su labor de repoblación tras la dominación árabe, Froilán y Atilano bajaron a las tierras zamoranas para fundar otros monasterios, como el Monasterio de Távara y el de Moreruela, que se convirtieron en centros clave de la civilización cristiana en el valle del Esla.
Su camino al obispado de León
En el año 900, con la muerte del obispo de León, Vicencio, el pueblo pidió al rey Alfonso III que designara a Froilán como su sucesor.
Aunque aún no había recibido la ordenación sacerdotal, fue consagrado como obispo de León, junto a Atilano, que fue nombrado obispo de Zamora. Esta ceremonia conjunta tuvo lugar en la Iglesia de Santa María, en presencia del rey y la nobleza.
Aunque su pontificado solo duró cinco años, Froilán dejó un impacto profundo. Fue un hombre de oración y predicación, dedicándose a reformar la vida de sacerdotes, monjes y seglares.
Además, se le atribuyen dones proféticos, prediciendo incluso el día de su propia muerte y también están las historias sobre los 3 milagros obrados por Froilán, que le convirtieron en santo, que veremos más adelante.
El legado de San Froilán
Tras su muerte en 905, sus restos fueron trasladados varias veces hasta que finalmente descansaron en la Catedral de León.
Su culto se extendió por toda la región, especialmente en lugares como Valdecésar y Moreruela. Su fiesta se celebra el 5 de octubre, y en su honor, se realizan romerías en La Virgen del Camino y La Velilla.
San Froilán sigue siendo el patrono de las diócesis de León y Lugo, y su memoria permanece viva entre los leoneses.
Los Milagros de San Froilán
Como indicábamos con anterioridad, San Froilán es célebre por realizar tres milagros, lo que le valieron para su santificación por la iglesia.
- El más conocido sin duda, es el milagro del lobo, donde se dice que durante su vida como ermitaño domó a un lobo que había devorado a su asno, haciéndolo desde ese momento su fiel acompañante.
- El segundo milagro ocurrió durante un momento de oración en Valdorria: dos palomas llegaron volando, una le causó ardor y la otra le llenó el alma de suavidad, representando el milagro de las palomas.
- El tercer milagro fue el de las brasas, cuando llenó su boca de brasas sin quemarse, una muestra de la protección divina.
San Froilán representado en la Catedral de León
San Froilán es el patrono de León y por eso resulta lógico que tenga un papel protagonista en nuestro monumento más importante, en la catedral de León, la pulchra leonina.
San Froilán tiene una presencia notable en la Catedral de León, tanto en su exterior como en su interior, donde se le rinde homenaje en diversos lugares.
En el hastial de la fachada sur de la catedral, se encuentra una estatua de San Froilán, obra de Agustín Mustieles, creada durante la restauración de la catedral entre 1859 y 1901. Esta figura en piedra es la principal representación escultórica de San Froilán en la catedral.
Dentro del templo, debajo del altar mayor, se custodian los restos de San Froilán en un arca de plata creada en 1635 por los plateros Jerónimo de Neira y Juan de Candanedo. Esta obra es uno de los tesoros más preciados de la catedral.
Además, en el retablo del altar mayor, realizado por Nicolás Francés, se representan tres episodios importantes de la vida del santo:
- Su sometimiento a la prueba de las brasas, que simboliza su llamada al ministerio de la predicación.
- La visita del rey Alfonso III a San Froilán en el Monasterio de Moreruela para ofrecerle el episcopado.
- La consagración de San Froilán como obispo de León, ceremonia celebrada en Pentecostés del año 900.
Otras reliquias y representaciones
En la Sacristía de la catedral, que no está abierta al público, se guarda el fémur de San Froilán, una reliquia que es mostrada a los fieles el 5 de octubre, día de su festividad.
Además, el museo catedralicio alberga el arca original encargada en 1501 para trasladar sus restos desde el sepulcro en la fachada sur hasta el altar mayor. También se conserva una pequeña escultura del santo en la sala del tesoro.
La sillería alta del coro contiene otra representación de San Froilán, junto con una escultura de Esteban Jordán, que preside el conjunto mirando hacia el altar mayor.
En lo más alto de la catedral, en la torre campanario, se encuentra “La Froilana”, la mayor campana de la diócesis, fundida en 1794 y consagrada en 1930.
Estas diversas representaciones y reliquias dentro y fuera de la catedral subrayan la importancia de San Froilán como patrón de León y figura clave en la historia espiritual de la región.
Esperamos que este post os haya gustado y os haya acercado un poco más a la figura de San Froilán, patrono de León.